Oportunidad de oro para los culés que siguen peinando el mercado en busca de talento a bajo costo
La sala de máquinas del FC Barcelona ha estado muy concentrada en la localización de un delantero que a pedido de Joan Laporta pueda cubrir la falta de gol. Y tras algunas semanas de tarea ardua en ese sentido, han llegado a la conclusión que en Liverpool tienen la figura que tanto esperaban, su nombre es Divock Origi.
El héroe de la remontada y a la vez verdugo de los catalanes ha hecho finalmente su declaración en la que se siente al límite en la escuadra de los reds. No tiene los minutos que esperaba y ha perdido mucho terreno en relación a Diogo Jota y Roberto Firmino. De manera que se ha ofrecido al Barça, y espera junto a su representante encontrar la vía de salida directa.
Desde el punto de vista legal está todo dicho en relación al delantero, ahora la decisión corre por cuenta del FC Barcelona
Origi no genera recuerdos gratos en la afición, pues de los 4 goles de aquella fatídica noche en Anfield él fue el encargado de meter dos, el primero y el último. Pero para nadie es un secreto que su nivel está lejos de discusión, destacando por ser un referente potente, veloz, hábil y con un fuerte remate de media y larga distancia. A eso se le suma su juego aéreo, y la incansable lucha que sostiene durante los 90 minutos.
Con Klopp ganó mucho en aspectos tácticos y es capaz de desempeñarse en cualquiera de las tres posiciones ofensivas. Eso no se discute, además es claro que el jugador quiere irse, pues el entrenador alemán le ha manifestado en repetidas oportunidades que en sus planes iniciales no está y esa decisión es definitiva.
La operación tiene algunos puntos muy curiosos de analizar por donde se mire
Para empezar, el contrato del jugador termina en verano de 2022, y lo que se dice ahora mismo es que no va a ser considerado como un efectivo importante de renovación. Eso le libera en junio del siguiente año, pero al tiempo le mete presión a los culés que le quieren en invierno. Para eso deberán poner sobre la mesa un valor simbólico, para nada alto, pero que selle el traspaso antes que lleguen más opciones.
Esta temporada por ejemplo ha disputado 157 minutos y solo ha convertido un gol. Pero en ese tiempo se le ha visto como siempre, incisivo, importante y muy acoplado a una idea que ya está marcada. Veremos si Laporta es capaz de volcarlo todo a su favor, o si por el contrario se queda en lo de siempre, expectativas y alimentación para los rivales de siempre.