El entrenador ha podido clasificar sus intereses y ha metido la parte contractual entre las opciones manifestadas por los ilicitanos
Pacheta está haciendo una de esas campañas para el recuerdo en el Real Valladolid, motivo de sobra para analizar su estancia y poner en contexto las ofertas que nacen sobre su futuro. Una de ellas es la del Elche, que tras los malos resultados de Fran Escribá ha decidido empezar un nuevo camino de cara a lo que resta de temporada.
No obstante, y ante las especulaciones el entrenador parece haber aportado la sentencia al asunto. Una cláusula de rescisión que marcaba su salida en torno a los 2 millones de euros. Situación que se acrecienta por la actualidad del club del José Zorrilla, que está en la zona alta de la clasificación y dando espectáculo en la segunda división en el país.
Ahora que Pacheta ha resuelto su dilema, al Elche no le ha quedado otra que seguir indagando en el entorno
En realidad lo que ha frenado todo este avance ha sido el contrato, pues al tener esa cláusula el club ilicitano se ha visto impedido en poder luchar contras esas reglas. No gozan en este instante de claridad a la hora de ofrecer un contrato potencialmente mejor, y los fondos para poder asumir ese reto de pagar la cláusula y eliminar de lleno esa restricción.
Pacheta directamente no ha dado por descartado el tema, pero la sentencia es clarísima. Mucho tendrá que pasar para que puedan acometer el rapto, y mientras tanto todo parece inclinarse a diferentes alternativas. Alternativas que justamente se fundamentan en otros escenarios, como puede ser la urgencia de triunfos y sus posibilidades de asegurar la permanencia.
Un viejo conocido sigue siendo el más cercano a esa idea
Después de peinar todo el escenario, se ha llegado a la conclusión por parte de su presidente que van a intervenir poniendo en la lista de deseos al cesado Jorge Almirón, uno que justamente salió por los mismos motivos que Escribá. Esto desde luego que no ha tenido un efecto positivo en el club y todo su ambiente.
Las redes sociales se han llenado de detractores, movimiento que a la fecha ha impedido que se llegue a buen término. El equipo al parecer necesita un cambio drástico en el que efectivamente éste no aplica. Lo que ha llevado a momentos de complejidad absoluta, con el agua al cuello y el tiempo como su peor enemigo.