Lo grave de la situación podría derivar en un llamado de emergencia a un entrenador contrastado en el continente
Se acaba de ver una nueva derrota del Real Madrid, esta vez en Champions y ante un equipo ucraniano como el Shakhtar Donest, que fue infinitamente superior en varios pasajes del partido. Zidane, como cabeza visible del club ha quedado una vez más en la cuerda floja, tras lo que ha sido el mismo resultado en Liga y ante el Cádiz.
La paciencia se va acabando de a poco, y no hay solo argumentó para sostener lo insostenible. Zidane ha perdido crédito, el equipo está a la deriva y sin contrataciones se ve muy complejo que pueda surgir ante tal momento. De ahí que se entienda de dónde sale el nombre de Pochettino, que parece ser la alternativa directiva.
La salvación a los problemas, al alcance de las manos de Florentino
Desde su salida del Tottenham, Mauricio Pochettino no ha vuelto a dirigir. En este instante está sin club y esto le lleva a ponerse en el orden correcto. Se sabe que ha demostrado mucha alegría cada que le mencionan la posibilidad, y entendiendo lo complejo del presente, se prevé sea el encargado a salvar el barco.
Tiene no solo experiencia, sino que es uno de los entrenadores más calificados del mundo entero. Ha dirigido con éxito en España y en Inglaterra, incluso metiéndose con un equipo inferior en inversión a los dos grandes de España en una final de UEFA Champions League que perdería ante el Liverpool de Klopp.
Zidane se la juega toda en el clásico ante el FC Barcelona
Partido de alta tensión, de dos momentos distantes, de dos plantillas con motivaciones contrapuestas y con dos banquillos claramente estirados. Zidane sabe que no tiene una prueba más, ganar el clásico significa calmar los ánimos, y extender la posibilidad de enmendar el camino como solo él lo ha sabido hacer siempre.
Pero un revés y todo se va al barranco. Barcelona viene bien, ha ganado su estreno en la competencia europea y ha dejado buenas sensaciones. De la mano de Koeman ha venido trabajando en la recuperación del estilo, y hasta se hace llamativo ver cómo ha podido hacer volver goleadores a aquellos jugadores que no solían hacerlo. Partido caliente, que define en esta oportunidad más el orgullo, define un puesto.