Quien se lo quiera llevar deberá poner mucho más que ganas, deberá igualar una oferta económica demasiado ambiciosa
Raúl de Tomás ha pasado de ser un jugador de un club descendido a ser uno de los delanteros más buscados del país. No hay duda alguna que su nivel está blindado por esa espectacular forma de entregarse en el terreno de juego, llamando la atención de todos a su paso, incluidos clubes de otras partes del mundo.
A nivel interno, tanto FC Barcelona como Sevilla FC han demostrado estar al corte con esa situación, llevando hasta el contacto directivo la posibilidad de encontrar respuestas al tema. Pero lo más importante de todo es que la respuesta del club ha sido la misma siempre, no piensan ceder tan fácilmente, y menos tratándose de un jugador tan importante para su plantilla.
Para sacarlo habrá que regirse al actual contrato del jugador, con unas cifras estratosféricas
Hace tan solo seis meses que pagaron 22 millones de euros, y perderle en este momento significa ceder ante muchas presiones en el ambiente. Es la pieza de fundamento que quieren imponer en el mercado, buscando ser ellos los que dispongan 100% de dicha decisión. El jugador está a disposición, y quieren que sea el activo más emblemático en el trabajo de regreso a primera división.
La exigencia viene por ahí, si para raptarle a uno de los mejores delanteros del momento hace falta algo es dinero. Por menos de los 60 millones de euros que vale su cláusula no va a salir. Llámese como se llame, el club que quiera interponer su peso en este acuerdo tendrá que hacerlo, de lo contrario tendrá que seguir vinculado en el club perico bajo las órdenes de Vicente Moreno.
Monchi entiende cuál es la tarea que debe cumplir para lograr el fichaje
Conociendo este tema de comienzo a fin, y entendiendo que el cuadro perico necesita concretar ventas para solventar una que otra falencia financiera, es que ha decidido plantar su carro. Dicho movimiento desde luego debe ser concreto de acá al 5 de este mes, y de paso sumar un activo que se dice ya tienen fichado.
Es Keidi Bare, una pieza más en la construcción que pretende imponer el entrenador. Monchi es experto en esperar hasta el final, en dilatar las posibilidades y en gestionar este tipo de acuerdos. No será sencillo, y rebajar la exigencia se antoja como un reto. Ya veremos si Monchi logra algo, un campo donde se siente como pez en el agua.
