La crisis deportiva ha puesto en jaque tanto al técnico Steven Ferguson como a referentes del equipo como Jack Butland, que ahora son señalados por la falta de respuesta en el campo
La presión no solo se vive en el banquillo del Rangers, también bajo los tres palos. En el momento más tenso de la temporada, Jack Butland comienza a pagar el precio de la irregularidad. El meta inglés, que había sido una figura incuestionable, se encuentra ahora entre críticas constantes y la incertidumbre de su rol. Ni la confianza histórica depositada por Steven Ferguson ha sido suficiente para protegerlo del juicio mediático y del malestar interno.
En el complejo de Milngavie, donde el equipo se entrena en siete campos de césped natural, el ambiente es denso y las miradas apuntan a los cambios prometidos por el técnico. Las últimas palabras de Ferguson, tras la derrota liguera del fin de semana, suenan como un aviso a navegantes. “Haré cambios, no me tiembla el pulso”. Una frase que retumba fuerte entre jugadores y prensa, y que deja a Butland sin red.
Ferguson al límite y con la Europa League como única salida posible
El partido ante el Athletic Club, este jueves 11 de abril, se presenta como la prueba definitiva para el proyecto de Ferguson. El técnico, con contrato solo hasta final de temporada, ve cómo su margen se agota y los resultados no acompañan. El intento fallido de cambiar el sistema frente al Hibernian ha obligado al míster a dar marcha atrás y volver a la defensa de tres, aunque sin Souttar, sancionado.
Para esa zaga de emergencia, los nombres de Yilmaz, Tavernier, Propper, Balogun y Sterling emergen como opciones prioritarias. Mientras tanto, en la portería, la sombra de Kelly cobra fuerza. El escocés firmó una actuación sólida durante la baja de Butland en enero, seis partidos, cero derrotas y cinco goles recibidos. Con ese precedente, el debate está abierto, justo en vísperas de una cita europea que puede marcar el futuro de todos.
Un Rangers en ebullición y sin líderes claros en el tramo decisivo
La afición también comienza a perder la paciencia. Acostumbrada a ver a su equipo competir con intensidad, ahora se encuentra con un vestuario dividido y una figura como Butland en el centro del huracán. Su trayectoria internacional no basta cuando las dudas son tan evidentes. En Europa, sí, ha jugado todos los minutos, pero el momento actual exige más que experiencia, exige carácter y resultados.
Por eso, el foco no está solo en lo táctico. El problema del Rangers es anímico y de identidad. Si Ferguson no consigue dar un golpe sobre la mesa en la Europa League, será difícil que continúe. Y si Butland no recupera el nivel que lo trajo al club, también él podría perder su sitio definitivamente. La revolución ya ha comenzado, y nadie parece estar a salvo.
