Un gran elemento en la plantilla del entrenador neerlandés, buscan sea la nueva cara del carril izquierdo defensivo
Júnior Firpo puede ser fácilmente el peor o uno de los peores fichajes del FC Barcelona en los últimos años. Su llegada desde el Betis se fijó con enorme esperanza, pero su respuesta en el campo ha sido lapidaria. No ha descrestado a nadie, a no ser por lo flojo de su rendimiento en cada uno de los compromisos donde ha tenido la oportunidad de jugar.
Esta situación deja abiertas muchas versiones, y el mercado de fichajes pretende abarcar muchas de ellas. Por eso, cuando se les ha cuestionado al respecto se han tenido que limitar a un nombre, el de Marc Cucurella. Curiosamente ha sido uno de sus descartes en el pasado, aunque hoy en día le vean triunfar en la capital con la elástica del Getafe.
La calidad de Cucurella no ha pasado desapercibida en la actualidad para el estratega culé
Con solo 22 años,. Marc ha respondido satisfactoriamente a la confianza que le ha depositado el señor José Bordalás. Jugando en línea defensiva, en zona de mediocampistas y abierto como extremo, siempre facilitando soluciones ofensivas de gran calidad y despliegue. Todo un cóctel que le ha llevado a la selección de España, donde ha entregado algunas declaraciones en los últimos días.
En zona mixta le han preguntado por el hecho de regresar a la institución que le vio nacer, y esto ha dicho. “El Barcelona siempre será el Barcelona . Es mi casa. A todos nos gustaría volver un día a la que fue nuestra casa. Yo trabajo para mí, para tener una gran carrera. Si algún día se da la oportunidad de volver al Barcelona la verdad es que estaría encantado”.
Posibilidades a precios altos es el camino que ha elegido el Barça con sus canteranos
Ya lo han presenciado con otros jugadores, pero con Cucurella el tema es escandaloso. Han sostenido solo el 10% de su posesión, el otro 90 le pertenece a los azulones. Y para poderlo tentar habrá que sumar al menos 20 millones de euros, una cifra a la que le será difícil poder igualar sobre todo en este instante.
Cucurella es feliz con ser mencionado, sabe que tiene una deuda pendiente con su afición y con sus jefes. A ninguno de los criados en La Masía les es indiferente el hecho de regresar, y menos si es para aportar en una posición donde muy pronto Jordi Alba dejará de ser el de siempre. Ya veremos, si lo hace Bartomeu en su última exalación como mandatario, o si le delega esa función al nuevo monarca del club.
