El presentador de El Chiringuito tiene un carácter muy particular que saca a relucir de vez en cuando
El Chiringuito de Jugones ha llegado donde ha llegado gracias a Josep Pedrerol. Los tertulianos lo saben y respetan sus decisiones. Sin embargo, cuando se producen debates acalorados en los que emerge la bufanda y el forofismo, el que se atreve a llevar la contraria al jefe topa con la rabia incontenible de un Pedrerol que no soporta no llevar la razón.
Es curioso que cuando dos tertulianos se enfrascan en una pelea feroz, en la que suben el tono de sus palabras, si no con Pedrerol, el jefe se ríe y se limita a decir que bajen la voz y hablen de uno en uno. Sin embargo, cuando el foco del debate recae sobre el propio Pedrerol la cosa cambia.
Filomena a debate en El Chiringuito
Era de esperar que el temporal Filomena dejase damnificados en el mundo del deporte este pasado fin de semana. Se han visto a jugadores de Segunda B en un autobús sobre el hielo, a jugadores de Getafe o Rayo Vallecano empujando coches en mitad de la nieve…
Pero lo que ha hecho ruido de verdad, cómo no, ha sido el Real Madrid. Los de Zidane empataron sin goles ante Osasuna en un partido lamentable con apenas un remate a portería del conjunto blanco. Sin embargo, ellos pusieron de excusa a Filomena, al temporal y a la odisea del viaje.
Un debate en el que los madridistas estaban empeñados en justificar un empate en un pésimo partido. Nadie se paró a decir que el nivel no había sido el esperado. Que sucedió como en Elche, se dejaron escapar dos puntos que pueden ser decisivos en la pelea por la Liga.
Pedrerol muestra su rabia
Pero entonces entró Pedrerol y explicó que los que de verdad se pueden quejar son otros. No el Real Madrid que viajó en un avión espacioso y calentito y durmió en un hotel de 5 estrellas. En ese punto Edu Aguirre y José Luis Sánchez replicaron que era una vergüenza que LaLiga permitiera algo así.
Pero Pedrerol, que nunca soporta que le lleven la contraria, mostró su rabia y alimentó el debate con argumentos irrefutables para dejar vendidos a sus tertulianos. Al final es lo de siempre. Si un tertuliano osa debatir con Pedrerol, generalmente tiene las de perder.