Marcelo Bielsa ha identificado al jugador que mejor encarna el fútbol total, y no ha dudado en señalar a Luka Modric como ese perfil casi extinto en el deporte moderno
Marcelo Bielsa ha vuelto a regalar una de esas reflexiones que definen generaciones. En una reciente charla con entrenadores de la selección de Uruguay, previa a la preparación de la Copa América 2024, el técnico argentino confesó que el tipo de jugador más difícil de encontrar en el fútbol actual es lo que él llama “El Modric”. Con esta expresión, rinde homenaje a Luka Modric, a quien considera un modelo táctico excepcional.
Según Bielsa, el ‘8’ moderno debe ser capaz de defender con rigor, atacar con inteligencia y adaptarse a los vaivenes del juego sin perder la claridad. Y en ese sentido, no hay mejor ejemplo que el croata del Real Madrid. Su forma de interpretar el fútbol trasciende lo habitual, puede bajar a construir como un pivote o aparecer en zonas de peligro como un enganche clásico. Esa dualidad, afirma el rosarino, es un tesoro cada vez más escaso.

Modric: la brújula inalterable del Real Madrid
A sus 38 años, Modric continúa desafiando al tiempo con actuaciones que marcan la diferencia. Aunque su presencia en el once titular ya no es constante, cada intervención suya sigue influyendo en el ritmo y la identidad del equipo blanco. Con cinco Champions League, un Balón de Oro y más de una década como referencia en el vestuario, su legado en el club es incuestionable.
El croata es mucho más que un mediocentro talentoso. Es el motor que alimentó las transiciones del Madrid de Zidane, el equilibrio silencioso del equipo de Cristiano Ronaldo y el faro que aún hoy guía los minutos decisivos en el Santiago Bernabéu. Su lectura de juego, siempre precisa, lo convierte en ese tipo de futbolista que construye sin adornos y brilla sin necesidad de protagonismo mediático.
El elogio de Bielsa que resume una filosofía de juego
Bielsa lo define con una frase que lo resume todo, “Es un ‘8’ que defiende como un 6 y ataca como un 10”. Para él, Modric no es solo un futbolista, sino una síntesis perfecta de equilibrio táctico y talento. Y al mismo tiempo, una figura en peligro de extinción dentro del fútbol global. En tiempos donde los esquemas priman sobre las ideas, jugadores como él se convierten en piezas de museo en activo.
Para el actual seleccionador uruguayo, entrenar a un perfil así sería un privilegio. Nunca coincidieron en un vestuario, pero el respeto es mutuo. Y es que cuando un técnico como Bielsa referencia mundial en formación y estrategia, coloca a un jugador en lo más alto de su ideal futbolístico, no queda margen de duda, estamos ante uno de los últimos grandes centrocampistas totales de la historia reciente.