Las noticias no dejan de caer, por donde se mire al cuadro catalán le están cobrando sus errores del pasado
El Atlético de Madrid se ha metido ahora en la puja por las figuras en decadencia del FC Barcelona, en medio de una movida que por parte de Simeone se análisis más que interesante. La idea es invertir lo menos posible, y si se haya calidad pues mucho mejor, y la crísis culé entrega todo en un mis bloque.
De todo lo que han analizado tienen claro que necesitan dos perfiles, uno destinado al eje de la defensa, y el otro en el frente del ataque. Así las cosas las maniobras se reducen a dos nombres, o Samuel Umtiti o Luis Suárez, y el elegido es el uruguayo. El ‘cholo‘ cree que es el indicado, y no dudará en lanzarse una vez el mercado estival abra sus puertas.
Entre rivales directos este movimiento se cataloga de la peor manera
Si bien la sentencia al pistolero ha tomado por sorpresa a gran parte de la crítica, era un movimiento que la afición veía caerse por su propio peso. El momento del charrúa no era el mejor y lo sostenía nada más que la relación cercana que tiene con Messi, que una vez ha oído esto ha decidido poner rumbo fuera del Camp Nou.
Las características son todo lo que espera Simeone encontrar, desde la garra, la eficacia, la fuerza y la picardía, todo vital para un equipo físico y ríspido como lo es el colchonero. Desde la época de Falcao, o la más reciente de Griezmann, el Atlético no da con un delantero que marca diferencia, y creen que Suárez es perfecto.
Soluciones financieras por Suárez, el tema ahora mismo a tratar entre directivas
Unos hablan de salidas limpias, y lo cierto es que al quedarle un año de contrato el tema Suárez no se puede tomar de manera folclórica. Un valor de inicio en 28 millones de euros es lo que esperan recibir los jefes culés, suficiente para seguir su ruta con Lautaro y no perder consistencia financiera en este mercado.
Habrá que analizar si son capaces los jefes colchoneros de igualar ese valor, o si por el contrario ofrecen alternativas o desisten. De momento es una chance que va tomando fuerza con el paso de los días, y que va ganando enteros, una vez que ha sido el entrenador el que se ha acercado a sus jefes para tratarlo con extrema calma.