Simeone puede quedarse sin su mejor asesor
La pareja más exitosa en el Atlético de Madrid tiene nombres y apellidos establecidos, Diego Pablo Simeone y Germán Burgos. Desde hace 9 años han estado al frente del colchonero, alcanzando varios logros cristalizados en títulos, como el de Liga y unos tantos más de la Europa League. Pero hoy el presente dicta otra cosa, y de no ocurrir nada extraño, el loco se iría del Wanda a ejercer su carrera como entrenador en propiedad.
Cuenta con varias propuestas sobre la mesa, y de hecho ha venido mostrando un fuerte interés es llevar a cabo esta decisión de acuerdo a la experiencia adquirida. Burgos es un tipo con personalidad y al que la gente en la capital le tiene mucho aprecio. Todo ha comenzado con su ausencia en la última renovación del Cholo, al que le han quitado impacto al afirmar que estaba negociando su vínculo por su parte.
El simple hecho de no aparecer en las fotos que llevan a Simeone hasta 2022 como estratega le han dado un picante bastante serio al tema, e incluso ha llegado a componer el mar de especulaciones que el entorno mismo propone. A eso ha respondido que le conoce hace 24 años, y afirma no desconocer las capacidades solventadas en su personalidad cuando ha tenido que cumplir el reto completo.
Simeone no se lo cree
Simeone acarrea una sanción que le impide estar dirigiendo los partidos de LaLiga. A eso le ha quitado importancia, pues con Burgos al lado siente un toque especial de tranquilidad. El mono lo ha hecho bien, ha sido fundamental en la volteada al marcador y en el resurgir de un equipo que viene de menos a más.
Cuando ha tenido que estar de primero en el club lo ha hecho formidablemente. No hay dudas que es un hombre ganador y eso se respeta. Simeone entiende que quizás su momento ha llegado, y entiende el deseo natural de crecimiento que pueda llegar a sentir. A Burgos solo le manda Burgos, y se conoce que los requerimientos son de clubes muy importantes.
Dicen que en Argentina le pretenden, otros afirman que es en Europa que le quieren. El caso puntual es que no ha muchas pistas sobre su continuidad y las reuniones constantes entre los dos hace pensar que ya no solo se habla de temas técnicos, sino de ambientes constituidos con su decisión. Para ello ha cerrado con broche de oro, lo que re afirma la postura “Burgos en su momento dirá lo que tenga que decir”. Juzguen ustedes.