La posible salida de Ernesto Valverde al término de la temporada podría desencadenar un movimiento estratégico en la cúpula del Athletic Club. Jon Uriarte, actual presidente, estudia seriamente adelantar las elecciones para aprovechar el buen momento deportivo
La posible despedida de Ernesto Valverde al final de temporada ha obligado a Jon Uriarte a replantearse el calendario electoral en el Athletic Club. Aunque el mandato expira en junio de 2026, el presidente valora adelantar las elecciones para aprovechar el momento deportivo y económico que vive la entidad. No quiere dejar pasar la oportunidad de presentarse con el viento a favor, en un escenario donde los resultados acompañan y la oposición apenas asoma.
Con el equipo en puestos europeos, el sueño de la Champions más vivo que nunca y una Copa del Rey que ha devuelto la sonrisa a la afición, Uriarte considera que el contexto actual podría ser el ideal para asegurar un nuevo mandato. Además, los ingresos que supondría estar en la máxima competición continental 19 millones solo por participar, serían la guinda de un curso que, de terminar con éxito, le permitiría consolidar su liderazgo sin contratiempos.
Valverde: una pieza clave en el tablero electoral
Desde la dirección entienden que sin Valverde en el banquillo, repetir esta temporada sería mucho más difícil. La marcha del técnico pondría fin a un ciclo que ha devuelto al Athletic a la élite, y abriría un nuevo escenario en el que el margen de error sería mucho mayor. Por eso, adelantar las elecciones no se ve solo como una jugada política, sino como una forma de asegurar la continuidad del proyecto mientras el clima es favorable.
Pese a la buena gestión, no todo ha sido armonía. La polémica por la reubicación de la grada de animación ha fracturado parte de la relación entre club y afición. Aunque se logró una tregua temporal en los partidos europeos, este domingo ante Osasuna será una prueba de fuego para medir si las aguas vuelven realmente a su cauce o si las tensiones siguen latentes.
La decisión está cerca, pero el calendario aún es incierto
Las encuestas internas dan respaldo a Uriarte, pero esperar hasta 2026 podría ser un arma de doble filo. Afrontar la construcción de la próxima temporada en medio de un proceso electoral no es el escenario ideal, y menos si hay que buscar un nuevo entrenador o gestionar salidas importantes. Anticiparse, en este contexto, suena a decisión estratégica más que a urgencia.
La pelota está en el tejado del presidente, que todavía no ha confirmado si se presentará a la reelección. Sin embargo, su discurso, los pasos dados en los últimos meses y la gestión del día a día dan pistas claras: si las condiciones se mantienen, el movimiento es cuestión de tiempo.
