Las dos entidades han mostrado aceptación una vez que el joven mediocampista león ha demostrado estar a tope con la exigencia
Jugar ante el Real Madrid y más en el Santiago Bernabéu no parecía ser un escenario sencillo para el partido más recordado de Oier Zarraga en el Athletic de Bilbao. Y es que el joven talento de los vascos saltaba al campo en detrimento de Niko Williams, además de Álex Berenguer que suele ser titular en la zona. En medio de una tarea que parecía a toda costa, titánica.
Su actuación ha sido sobresaliente, con mucha personalidad y mucho talento. Ha ido de menos a más, y ha demostrado que tiene las condiciones necesarias para dar el gran salto en la primera plantilla de los rojinegros. Sin embargo, el tema se lo llevan el Sporting y el Mallorca, que ganan un poco con esta confirmación.
El partido de Zarraga con el Athletic es cuento aparte, los efectos que eso provoca es lo que dan contexto al caso
A priori hay que decir que Zarraga partió de una zona en la que no es habitual verlo. Tirado a la banda derecha su primera función era contener junto a Lekue los ataques del intratable Vinícius Jr. Poco a poco fue ganando en confianza y más allá de irse amonestado por culpa del brasileño apenas pasados 30 minutos, superó su racha para incursionar en ataque con centros, disparos lejanos y hasta para probar a Courtois.
Por ganarse el derecho a sumar minutos quita de encima el estigma al Sporting de Gijón que entiende que ahora sus chances son mayores respecto a Mikel Vesga. Lo del Mallorca viene del lado de Iñigo Ruiz de Galarreta, que al ser objetivo del Athletic, ahora no tendrá tantos argumentos para ser señalado y se mantendrá en teoría al menos estos seis meses restantes.
Más allá de sus decisiones, la diversidad táctica le da un plus
En la mente de Marcelino corría esa necesidad. No tienen un jugador capaz de cubrir varias posiciones y ahora parecen haberlo encontrado. Zarraga ha terminado en el doble pivote, primero con Dani García y luego con Vesga. Es su zona, es donde más cómodo se siente y es donde tiene mayor contacto con la pelota.
Además, allí tiene una visión de juego perfecta, lo que es ideal por el sistema que usa el entrenador. Así pues las cosas llega un beneficio en medio de la crisis, en un equipo que se olvidó lo que era ganar hace seis jornadas. Buen partido, y mejor desempeño que se quedó al final con nada.