Las tensiones entre la directiva y el grupo radical ICHH marcan la previa de la Europa League
El Athletic Club afronta un momento delicado en su entorno a solo unos días del crucial partido de vuelta contra la Roma en San Mamés. Sin embargo, lejos de centrarse únicamente en lo deportivo, la tensión en las gradas se ha convertido en un problema adicional que amenaza con afectar al equipo en un encuentro decisivo.
División en la grada: cánticos y silbidos enfrentados
Durante el partido contra el Mallorca, la fractura entre el sector radical Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) y la directiva de Jon Uriarte volvió a quedar en evidencia. En el minuto 12, los cánticos a favor del grupo radical fueron recibidos con sonoros silbidos y protestas, evidenciando una división que se hace cada vez más visible dentro del estadio.
El malestar no quedó ahí. Parte de la afición lanzó consignas como “Uriarte kanpora”, reflejando el descontento con la gestión del presidente y su postura en el conflicto con la grada de animación. El clima de crispación se convirtió en un obstáculo más en un partido donde el Athletic no pasó del empate, dejando dudas de cara a la eliminatoria europea.

Valverde y Arrasate piden unidad para el choque europeo
El entrenador rojiblanco, Ernesto Valverde, no ocultó su preocupación por el ambiente en San Mamés. “En el primer tiempo el ambiente era raro. Es entendible el enfado, pero estas divisiones afectan claramente al equipo”, afirmó tras el partido contra el Mallorca, dejando entrever su deseo de un San Mamés más unido para la batalla contra la Roma.
Por su parte, Jagoba Arrasate, técnico del conjunto balear, también se pronunció sobre el clima en Bilbao. “Es una gran pena que haya estas disputas internas justo antes de un partido tan importante. El Athletic es mucho más fuerte cuando San Mamés está unido”, expresó el entrenador visitante, resaltando el peso que la afición tiene en los momentos decisivos.
Una eliminatoria en juego y una afición que debe decidir
El Athletic necesita remontar ante la Roma para seguir adelante en la Europa League, un torneo que ilusiona a la afición. Sin embargo, la división en las gradas amenaza con restar el poder de intimidación que históricamente ha convertido San Mamés en un fortín.
Con la eliminatoria aún abierta, la gran incógnita es si el ambiente en la Catedral se alineará con el equipo o si la tensión interna seguirá siendo un factor en contra en el duelo contra los italianos.