Jon Uriarte garantiza trasparencia y equidad, pero todos los socios no tendrán las mismas posibilidades de adquirir una entrada a tal soñado partido
La asignación de entradas para la final de la Copa del Rey se convierte en un evento casi tan anticipado como el partido mismo, especialmente para la ferviente afición del Athletic Club. Con aproximadamente 20.500 localidades a su disposición, gracias a la política de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que otorga el 40% del aforo de La Cartuja a cada finalista, la Junta Directiva de Jon Uriarte se encuentra ante la importante tarea de decidir cómo distribuir estas preciadas entradas entre sus socios y compromisos institucionales.
La expectativa es alta, más aún considerando que las últimas finales en las que el equipo rojiblanco participó se jugaron sin público, por lo que la demanda por asistir a este emblemático evento se prevé extraordinaria. El sistema de distribución de entradas, una decisión que pesa en el corazón de los aficionados, será un reflejo de los valores del club: equidad, transparencia y pasión por el fútbol.
Las entradas para la final de Copa, un tesoro en Bilbao
La última vez que el Athletic Club dispuso de un mecanismo para el reparto de entradas en una final fue en 2015, en un partido contra el Barcelona en el Camp Nou. En aquella ocasión, se empleó un sistema de sorteo similar al de Etxebide, asignando a cada socio un número para el sorteo, lo que generó grandes expectativas y nerviosismo entre la masa social.
En 2012, la historia tuvo un matiz aún más especial, ya que se contó con la colaboración del Organismo de Loterías y Apuestas del Estado para realizar un sorteo con uno de sus bombos de Navidad. Un gesto que añadió un toque de magia y azar al proceso, con José Ángel Iribar, leyenda del club, extrayendo el número ganador.
Sin embargo, no todas las experiencias han sido completamente transparentes o exentas de problemas. En 2009, se presentaron complicaciones con duplicidades en las inscripciones para el sorteo, un escenario que el club seguramente buscará evitar esta vez, aprendiendo de las lecciones del pasado.
Se espera un desplazamiento masivo a La Cartuja de Sevilla
La decisión de cómo repartir las entradas es más que logística; es una cuestión que toca directamente el alma del club y sus seguidores. Los socios del Athletic, conocidos por su lealtad y fervor, esperan un proceso que no solo les ofrezca la oportunidad de estar presentes en La Cartuja, sino que también refleje el espíritu comunitario y la pasión que definen al Athletic.
La Junta de Jon Uriarte está ante una oportunidad única de reforzar la conexión con su base social, demostrando que la gestión de las entradas se puede realizar de manera que todos los aficionados se sientan valorados y parte de la familia rojiblanca. La transparencia y la equidad serán claves en este proceso, elementos que no solo fomentarán la confianza en la directiva sino que también potenciarán la unidad y el apoyo incondicional al equipo en su camino hacia la final.
Mientras, el Athletic Club se prepara para uno de los partidos más importantes de su historia reciente, la atención se centra tanto en el campo de juego como en las gradas. La manera en que se gestionen las entradas para este evento no solo determinará quiénes tendrán el privilegio de apoyar al equipo desde las tribunas, sino que también será un reflejo de los valores y la identidad de una de las aficiones más apasionadas del fútbol español. La expectativa es grande, pero la confianza en que se tomarán las decisiones correctas es aún mayor.
