Cada vez que Aritz Aduriz marca un gol, y ya son muchos cada temporada, es habitual verle abrir los brazos y correr con ellos en dicha posición. Así, son muchos los que creen que ese gesto es algo instintivo del jugador que reacciona así por mera costumbre.
Sin embargo de instintivo no hay nada. Se trata de un gesto perfectamente estudiado en señal de confraternización con la hinchada del Athletic, la grada de San Mamés o el público que haya decidido desplazarse desde Bilbao al estadio donde el equipo esté disputando el encuentro correspondiente a dicha jornada. “Algunos celebran sus goles con chulerias, yo abro los brazos en señal de abrazo con mi afición”, ha declarado recientemente el jugador, quien deja muy claro su arraigo hacia el Athletic, en el que a sus 34 años está viviendo su mejor época como futbolista profesional rompiendo todas las estadísticas.
