En el esquema de Marcelino hay una clave que destaca por encima de todo
A 24 horas de la gran final de la Copa del Rey, el Athletic confía en tener el motor encendido. Porque la Real Sociedad no lo va a poner sencillo. Ambos conjuntos llevan más de 30 años si alzar la Copa del Rey y la presión es enorme en las dos aficiones. Marcelino tiene ya el partido diseñado en la cabeza.
Es de esperar que se vea la versión más competitiva del Athletic. Con la única duda del doble pivote, la alineación se la saben de memoria casi cualquier athleticzale. Unai Simón en puerta. Línea de 4 con Óscar de Marcos, Yeray, Íñigo Martínez y Yuri Berchiche.
Marcelino lo tiene todo preparado
Bandas Iker Muniain y Álex Berenguer. Y Raúl García y Williams en ataque. En la sala de máquinas o Dani García con Vencedor o Unai López con Mikel Vesga. O en realidad cualquier pareja posible con esos 4 jugadores. La alineación está más o menos clara, pero es en los intangibles donde tiene la final el Athletic.
Más allá del acierto de cara a gol, no conceder errores en defensa o hacer correctamente la presión, hay un futbolista del Athletic que se transforma en este tipo de encuentros. Hablamos del sempiterno Raúl García. El único motor que realmente puede aumentar el rendimiento del Athletic.
El motor del Athletic
El navarro tiene un gen ganador especial. Seguramente lo obtuvo en el Atlético de Madrid, de la mano del Cholo Simeone. La realidad es que en partidos señalados tiene un extra. Algo que le hace estar en el momento perfecto en el lugar correcto. Un ejemplo es el gol ante el Betis para forzar la prórroga, por ejemplo.
O el doblete ante el Real Madrid en la semifinal de la Supercopa. O el gol para remontar ante el Alcoyano. Cuando hay tensión, esos momentos difíciles de jugar para cualquier futbolista, Raúl García se erige en el motor de un Athletic que cuelga balones porque sabe que el navarro los remata todos.
