el portero de Ondarroa tiene muy difícil volver a jugar con los leones
Mucho se habla hoy de la eliminación del FC Barcelona de la Copa del Rey, pero poco espacio se deja para el rival, el vencedor, y sobre todo para su figura, el alavés Unai Simón. El portero reciente relevo del gran meta Kepa Arrizabalaga dio muestras de su calidad al coronarse como la gran figura del partido.
Fueron dos paradas sensacionales, y demás muestras exultantes en lo que corrió de partido. La primera ante Griezmann, un mano a mano que resolvió de gran manera. Y la última, la prueba de fuego, ante Messi saliendo airoso utilizando la totalidad en la extensión de su cuerpo, abarcando el arco con sus pies.
Si bien sus compañeros estuvieron aplicados en labores defensivas, gran parte del mérito se lo lleva él. Y es que en la tabla comparadora junto al que estaba de frente, Marc André Ter-Stegen, sus virtudes fueron claramente superiores. Por eso, ahora mismo no hay quien se atreva a mencionar a Kepa, y esa idea loca de regresarlo tras haberse ido como el guardameta más costoso en la historia.
Bilbao es una máquina inagotable en la creación de talentos bajo los tres palos. Y hoy Unai Simón está en boca de todo el mundo. Seguro, joven, veloz, con entendimiento de la zona, y manejo de los tiempos con espacio. Nada más se le puede pedir, el guardameta de los cuartos de final, de eso a nadie ahora mismo le queda algún asomo de duda.
A las directivas le quedan serias dudas ahora mismo. Si pensaban en hacerse con Kepa de regreso, ahora lo tienen más complicado, y eso de por sí es un hecho bastante cruel, pues el canterano está viviendo un capítulo amargo en Chelsea, donde incluso ha perdido la titularidad a manos del experimentado arquero argentino, Willy Caballero.