La ambición del entrenador y de los leones da un paso adelante para aspirar a ser de nuevo campeones
Tras el exitazo de una nueva clasificación para una final copera, el entrenador del Athletic, Marcelino, trabaja en erradicar la actitud conformista de muchos jugadores. Una lacra que viene de lejos, ya que son ya muchos los años que los athleticzales se quejan de esa rémora que dejó Javier Clemente en sus años como entrenador.
Porque en Bilbao siempre hay una excusa recurrente. “Es que el mercado del Athletic es muy complicado”, “bastante ha hecho el Athletic sin poder fichar en las mismas condiciones”… la excusa de la filosofía ha terminado por calar en los aficionados y, lo que es peor, se ha trasladado a la plantilla.
El conformismo instalado desde tiempos de Clemente
Los jugadores del Athletic no sienten la obligación de ganar, porque se saben en desigualdad de condiciones. Este mensaje lo repetía una y otra vez un Javier Clemente que ahora es el principal obstáculo para Marcelino. Bueno, más que Clemente, el mensaje de conformismo que se grabó a fuego.
Marcelino no entiende ni de filosofías ni de dinero ni de nada. Solo de trabajo, trabajo y trabajo. Al entrenador asturiano le fastidia perder y empatar. No digamos partidos que se pueden ganar de sobra y se empatan por pecar de poca ambición. Los últimos empates han despertado la bestia que hay en Marcelino.
El Athletic necesita cambiar de actitud
Y lo han hecho en las horas previas del decisivo encuentro de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. El Athletic tiene que abandonar cuanto antes la actitud conformista y poner los cinco sentidos en ser superiores al Levante UD. El gen ganador de Marcelino se debe contagiar a los jugadores.
Nunca hay que conformarse con el resultado, si dicho resultado se puede mejorar. En el fútbol al final se juega 11 contra 11. Y todos los equipos entrenan en igualdad de condiciones, así que en cultura del esfuerzo y en ambición el Athletic nunca puede ser inferior al rival.
Aduriz en los records de la UEFA
El choque de UEFA Champions League entre el FC Barcelona y el PSG sirvió para muchas cosas, entre ellas para demostrar la incapacidad habitual del equipo, para ver la frustración de Messi y para dejar en evidencia un nuevo récord de Mbappé. El 1-4 es anecdótico, pues la serie aún está por definirse y nadie podría asegurar que ya se definió, lo que asombra es lo que ha hecho el astro francés en el campo.
Amo de la cancha, Kylian Mbappé anotó tres goles, se echó su equipo al hombre, y destrozó cada que quiso a sus rivales con una facilidad tremenda. El tema es precisamente ese, que ante el FC Barcelona, con Messi en el campo hasta acá solo un jugador se había atrevido a anotar un triplete, ese es Aritz Aduriz. Fue en la Supercopa del 2016, cuando los vascos asaltaron el torneo.
Desde el punto de vista estadístico ha sucedido esto, pero teniendo en cuenta las proyecciones es apenas normal pensarse que el efecto es aún mayor. Con su triplete Mbappé inscribió su nombre con letras doradas. Y aparte ha dejado al borde de la eliminación una vez más al club catalán en la máxima competencia europea. Ahora el resto es casi imposible, debe ir al Parque de los Príncipes y convertir 4 goles.
Aún sin estar rodeado de quiénes se supone son su clave de magia en el equipo la situación ha dado mucho de qué hablar. Neymar está lesionado, Di María igual, y aún así la demostración fue absoluta. Se movió por todo el frente de ataque, presionó, desequilibró y sobre todo fue efectivo. Mbappé ha estado por encima del nivel de todos, inclusive que de Messi que completó su partido número 760 con la camiseta blaugrana.
De la gloria al odio en el verde, Mabppé demostró sus dos facetas
Y si para ser recordado se necesita el otro golpe de efecto, eso es precisamente lo que ha sucedido en este choque. Enfrentado constantemente por Sergiño Dest, el francés ha demostrado que su ego se ha elevado a las nubes. No cabe la menor duda que tanta prensa y el hecho de estar rodeado de grandes le ha afectado, pues ya no es el chaval calmado y receptivo de antes.
Ha ido a por Dest en una jugada normal, tanto así que han tenido que intervenir tanto Jordi Alba como Gerard Piqué. La situación ha ido a más cuando la amenaza de Mbappé se ha instaurado en el ambiente, y Piqué ha tenido que responder. El mensaje de Jordi ha sido el justo, y es que el galo está agrandándose, según lo que él consideró una mala influencia de su ex compañero Neymar. Una novela que tendrá segunda parte.