El canterano Hugo Rincón ha demostrado que no hace falta mirar fuera para encontrar talento de primer nivel
La retirada de Óscar de Marcos a final de temporada deja un hueco difícil de llenar, no solo por lo que aporta en el campo, sino por lo que representa en el vestuario del Athletic Club. Sin embargo, hay ocasiones en las que la solución está más cerca de lo que parece. Y este es uno de esos casos. Porque si alguien merece esa banda derecha en 2025, ese es Hugo Rincón.
Mientras algunos se apresuraban a mirar hacia Jesús Areso, con una buena temporada en Osasuna, desde Miranda de Ebro llegaban señales más que evidentes de que la apuesta debía ser interna. Hugo Rincón, con solo 22 años, ha sido uno de los laterales más solventes y regulares de toda la LaLiga Hypermotion. En un Mirandés que ha sorprendido a todos desde el arranque, su rendimiento ha estado muy por encima de lo esperado para un jugador que llegaba cedido desde el filial.
No se trata solo de números, sino de jerarquía y proyección
Rincón ha jugado prácticamente todo, suma un gol, tres asistencias, y sobre todo, demuestra que tiene lo más importante: inteligencia competitiva, físico, y confianza. Se comporta como un veterano, defiende con solidez, y ataca con sentido. Y lo más importante: es del club. Tiene ese punto de orgullo y responsabilidad que marca la diferencia en un equipo como el Athletic.
La dirección deportiva hizo bien en blindarlo hasta 2028 antes de cederlo. Fue un movimiento estratégico que ahora empieza a dar sus frutos. El equipo necesita refrescar el costado derecho y, con Lekue renovado y Gorosabel asentado, la llegada de Hugo Rincón completaría una terna sólida, sin necesidad de gastar ni un euro en el mercado.
Mientras tanto, Areso, por muy buen nivel que esté mostrando, representa una incógnita: requeriría una inversión, hay competencia por su fichaje y no deja de ser una operación de retorno que no siempre funciona. Apostar por Rincón es coherente, eficaz y responde a la filosofía del club.
Si de verdad el Athletic quiere mirar al futuro con ambición y fidelidad a su modelo, este es el momento. Hugo Rincón no solo se ha ganado volver; se ha ganado quedarse. Y con el legado de De Marcos sobre sus hombros, está preparado para empezar a escribir su propia historia en San Mamés.
