En un Deportivo Alavés que camina sobre la cuerda floja en LaLiga EA Sports, Asier Villalibre ha irrumpido como una alternativa seria en el frente ofensivo
En medio del desgaste de una temporada repleta de altibajos, Asier Villalibre ha comenzado a sacudirse el polvo en el Deportivo Alavés. El ariete de Gernika no ha tenido un papel protagonista durante el curso, pero su reciente actuación frente a Las Palmas, donde asistió en uno de los goles del empate 2-2, ha devuelto el foco sobre su figura. El ‘búfalo’ no baja los brazos y se mantiene firme en su intención de ganarse un lugar entre los elegidos de Eduardo ‘Chacho’ Coudet.
Con el equipo albiazul anclado en la zona baja de la tabla, igualado en puntos con el Leganés, que marca el descenso cada decisión del técnico argentino adquiere un peso vital. Y si bien Thomas Conechny y Kike García ya están plenamente recuperados, el compromiso de Villalibre empieza a pesar más que los nombres. Su presencia ofrece energía, presión y trabajo sin balón, atributos que el Alavés necesita con urgencia en esta recta final.
Una oportunidad que no piensa desaprovechar
El delantero de 27 años, que suma 16 partidos en LaLiga EA Sports con un gol y una asistencia, ha elegido pelear por un hueco en lugar de buscar minutos en otro club. Durante el pasado mercado invernal tuvo la opción de salir rumbo al Eibar, pero decidió quedarse en Vitoria y apretar los dientes. Su contrato hasta 2028 respalda la confianza del club, aunque sabe que ganarse minutos pasa únicamente por su rendimiento sobre el césped.
Este sábado ante el Rayo Vallecano, el cuadro babazorro encara una nueva final en Mendizorroza, donde cada punto puede marcar la diferencia entre seguir en Primera o caer a Segunda. En este escenario, la entrega de Villalibre puede inclinar la balanza. Aunque Toni Martínez también busca su oportunidad, el empuje del ‘búfalo’ ha añadido una dosis extra de competitividad al ataque del Alavés, justo cuando más lo necesita.
Villalibre pone presión a Coudet con trabajo y una asistencia clave
El valor de mercado del atacante se sitúa en 1,8 millones de euros, de acuerdo con Transfermarkt, pero su verdadero valor se mide en compromiso. Su impacto va más allá de los números. Es uno de esos jugadores que no se rinde, que empuja al equipo desde el silencio, que hace vestuario. Y eso, en un grupo que se juega la vida, vale oro.
El Alavés sigue sin margen de error. Coudet busca una fórmula que le dé resultados inmediatos, y aunque aún no le ha dado la titularidad a Villalibre, el mensaje del delantero es claro, está listo. Lo demuestra en cada entrenamiento, en cada minuto que pisa el verde, con la mirada puesta en un solo objetivo: mantenerse en Primera División y hacerlo como protagonista.
