Se adelanta un fichaje fundamental para Eduardo Coudet, quien ve en esta incorporación una pieza decisiva para reconstruir el ataque y recuperar el equilibrio perdido en las últimas jornadas
En el tramo decisivo del calendario, el Deportivo Alavés ha perdido chispa donde más la necesitaba, en la banda derecha. El bajón de Carlos Vicente, uno de los jugadores más eléctricos de la pasada campaña, se ha convertido en un problema serio para Eduardo Coudet, que no encuentra relevo fiable para su puesto. El extremo, que aterrizó en enero de 2024 como un soplo de aire fresco, hoy vive su etapa más gris desde que se puso la elástica albiazul.
Sus estadísticas lo dicen todo, tres partidos consecutivos sin impacto real, dos como suplente y uno cortado al descanso. Lo más preocupante es que este bache no responde solo al desgaste habitual de la temporada, sino a una desconexión prolongada que ha hecho sonar las alarmas en Mendizorroza. Vicente no solo ha perdido su sitio, también ha perdido la confianza que tanto le costó ganarse.
El debate entre seguir apostando o buscar nuevas alternativas
Desde el cambio de técnico, la gestión de su caso ha sido desigual. Con Luis García Plaza, Carlos era inamovible. Pero con Coudet, la paciencia se ha agotado más rápido. A pesar de que el entrenador argentino ha probado con alternativas como Pau Cabanes, los resultados no han sido alentadores. El joven cedido por el Villarreal no ha estado a la altura de la presión ni del contexto competitivo, mostrando inseguridad y escasa aportación ofensiva.
Incluso jugadores como Nahuel Tenaglia, en teoría laterales, han ofrecido más profundidad que los extremos naturales. Un dato que evidencia la falta de soluciones reales por banda. Por eso, desde el vestuario ya se plantea una idea clara, hay que recuperar al Vicente de septiembre, ese que rompía líneas y generaba peligro constante. El Alavés no puede permitirse prescindir de su talento diferencial en la recta final del campeonato.
El camino hacia la permanencia pasa por reactivar al extremo aragonés
La salvación del Glorioso depende, en buena medida, de lo que sus futbolistas más determinantes sean capaces de ofrecer en estas últimas jornadas. Jugadores como Ander Guevara, Jon Guridi o Toni Martínez también están llamados a asumir protagonismo, pero ninguno tiene la capacidad de desequilibrio que Vicente mostró cuando estuvo en forma. Por eso, el reto de Coudet es tan claro como urgente: devolverle la confianza a su número 7.
El Alavés, que esta jornada se mide ante un Getafe también necesitado, necesita reencontrarse con su versión más valiente. Y esa solo aparece cuando Vicente está enchufado. El técnico no debe buscar fórmulas mágicas, sino apostar por lo que ya funcionó. Porque en un equipo al borde del abismo, la solución no siempre está fuera: a veces, está en reactivar lo que ya se tiene.
