El Deportivo Alavés entra en la fase más tensa de la temporada con un problema que inquieta a Eduardo Coudet: cuatro de sus titulares están apercibidos y a una sola amarilla de la sanción
El Deportivo Alavés se juega su futuro en Primera en diez partidos a todo o nada. En este tramo donde cada punto puede marcar la diferencia entre la salvación o el desastre, Eduardo Coudet mira de reojo el parte de amonestados. Tenaglia, Sivera, Guridi y Conechny están a una sola tarjeta de quedarse fuera. Cuatro piezas esenciales en el esquema del técnico argentino, que podrían ausentarse en cualquier momento y complicar aún más una lucha agónica por la permanencia.
Sin margen para improvisar, el cuerpo técnico asume que perder a uno de estos futbolistas en jornadas clave sería un mazazo. La solidez defensiva y la identidad colectiva del Glorioso dependen en gran parte de estos nombres, que no solo ofrecen calidad, sino también regularidad. Por eso, la gestión emocional será tan importante como la táctica. Hay que evitar la amarilla innecesaria, pero también saber cuándo arriesgar.

Mouriño y Kike: en la antesala del peligro
La situación se agrava si añadimos a Kike García y Santiago Mouriño, ambos con tres cartulinas. El central uruguayo, revelación del Alavés este año, ha sido clave en momentos delicados, y su posible ausencia encendería aún más las alarmas en Vitoria. El cuerpo técnico se encuentra así ante una ecuación difícil de resolver: rotar, aguantar o forzar la quinta amarilla en partidos de menor trascendencia.
El debate está sobre la mesa. Enfrentamientos contra Real Madrid o Atlético de Madrid podrían servir de “comodín” para limpiar sanciones y asegurar presencia ante rivales directos como Valladolid o Osasuna. Aunque arriesgado, no sería la primera vez que un equipo emplea esta estrategia para llegar con todos disponibles a las finales de mayo.
Un calendario infernal obliga a planificar cada detalle
La agenda del Alavés no da tregua, Rayo Vallecano, Girona, Sevilla, Real Sociedad y los gigantes de siempre aguardan en el horizonte. Cinco duelos exigentes antes de entrar en el mes decisivo. Mayo será una prueba de fuego con visitas a San Mamés, un cruce directo con el Valladolid y el cierre en casa ante Osasuna, donde podría definirse todo.
Con tantos frentes abiertos, la clave estará en mantener el control en los pequeños detalles. No solo se trata de jugar bien, sino de administrar riesgos, evitar bajas por sanción y sostener la concentración al límite. Para Coudet, el verdadero partido no solo se juega en el campo, sino también en la gestión silenciosa del vestuario.