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10 claves del PSG de Luis Enrique por las que son grandes favoritos a la Champions

El París Saint-Germain ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad competitiva. Bajo el mando de Luis Enrique, el equipo parisino ha dado un giro radical a su identidad futbolística, apostando por un modelo más coral, dinámico y versátil

Luis Enrique ha logrado transformar al PSG en una máquina futbolística compleja, dinámica y difícil de descifrar, que combina control del juego, intensidad y riqueza táctica. Su equipo no solo domina con balón, sino que también impone su ritmo sin él, desestabilizando rivales a través de la movilidad constante y una estructura colectiva llena de variantes.

Lejos del estilo rígido de sus anteriores etapas, el entrenador ha dado un paso adelante. Ha roto con viejas limitaciones y ahora permite a sus futbolistas moverse con mayor libertad, provocando intercambios de posición que descolocan al contrario. El PSG actual es un equipo camaleónico, que se adapta, responde y ataca desde todos los frentes.

Luis Enrique
La evolución táctica del técnico asturiano coloca al club parisino entre los grandes favoritos a conquistar la Champions

Un centro del campo libre, móvil y lleno de soluciones

El motor del equipo está en el mediocampo. Luis Enrique ha reunido un trío de interiores con capacidad técnica, buen pie bajo presión y lectura de juego. Vitinha, Fabián y Joao Neves. Juntos, permiten que las posesiones no sean estáticas, sino llenas de ritmo y combinaciones profundas. Los movimientos largos y diagonales desconciertan a los rivales, mientras los mediocampistas aparecen en zonas inesperadas.

Esa fluidez se traslada al sistema ofensivo. Jugadores como Kvaratskhelia, Barcola u Ousmane Dembélé no están sujetos a una banda fija. El falso ‘9’ puede convertirse en interior, mientras que un lateral puede irrumpir como extremo. Cuando el PSG inicia por un lado, el rival ya ha perdido la referencia del otro.

Presión alta, desmarques letales y una defensa que se convierte en ataque

El PSG no solo construye desde la posesión, también castiga en la pérdida. Es el equipo que más disparos genera tras recuperar en campo contrario, con una media de 6,35 por partido. Esa presión inmediata permite recuperar muy cerca del área rival y activar mecanismos ofensivos con rapidez. El ritmo no lo marca el cronómetro, sino el estímulo.

El técnico asturiano también ha redefinido el papel de los laterales. Nuno Mendes y Hakimi pisan zonas ofensivas sin perder solidez defensiva, convirtiéndose en una amenaza constante. A menudo terminan las jugadas dentro del área, como si fueran delanteros más. Una mención especial merece Warren Zaïre-Emery, el comodín del sistema. Puede actuar como interior, extremo o mediapunta sin perder eficacia. Su inteligencia táctica y capacidad de adaptación lo convierten en una pieza irremplazable.

Laporte Athletic