Carlos Alcaraz vuelve a ser noticia, no solo por su esperado debut en Montecarlo, sino por su firme respuesta a quienes han puesto en duda su rendimiento en este inicio de temporada
Después de semanas en el foco mediático por un inicio de año algo irregular, Carlos Alcaraz ha decidido romper su silencio y tomar el control del relato. El murciano, que vuelve al ruedo en el ATP Masters 1000 de Montecarlo, ha lanzado un mensaje contundente a quienes han cuestionado su nivel. El juego está, la mentalidad también, y el fuego competitivo sigue intacto.
A pocas horas de su estreno, previsto para este martes 9 de abril, Alcaraz ha hablado sin filtros. Consciente de la exigencia que recae sobre él, reconoce que las críticas duelen, pero no lo desvían. “Estoy jugando muy bien desde que empezó la temporada. El tenis es más que ganar o perder, hay rivales de nivel que también cuentan”, afirmó con serenidad. El tenista de El Palmar deja claro que no le preocupa la narrativa externa, sino su evolución interna.
Alcaraz no busca excusas: su ambición sigue más viva que nunca
Lo que algunos ven como una falta de títulos, él lo interpreta como parte de un proceso natural en la élite. Alcaraz subrayó que el circuito está repleto de jugadores competitivos y que nadie tiene asegurado el éxito. “Hay muchos tenistas que merecen estar arriba. No soy el único que puede ganar en tierra”, reconoció con humildad. En una temporada donde todos los focos apuntan a nombres como Jannik Sinner o Novak Djokovic, el español no quiere ser encasillado como favorito absoluto.
Tras perderse Montecarlo el año pasado por una lesión en la muñeca, este regreso tiene un componente emocional. Para prepararse, ha intensificado sus sesiones de entrenamiento, incluso compartiendo pista con Djokovic en una imagen que ha dado la vuelta al mundo. Esa conexión entre el respeto por los grandes y el hambre de gloria podría ser la chispa que necesita para reconquistar su mejor versión.
Montecarlo: tierra de redención para un Alcaraz decidido a brillar
Con la gira europea sobre tierra batida como su terreno ideal, Carlos Alcaraz encara un tramo decisivo del calendario. Y lo hace sabiendo que cada partido es una oportunidad para demostrar que sigue siendo uno de los grandes nombres del presente y del futuro del tenis. No se trata solo de ganar, sino de reafirmarse como un competidor letal cuando llega el momento clave.
La presión mediática no ha sido amable, pero Alcaraz responde como sabe, desde la pista, con raqueta en mano y mentalidad firme. Montecarlo puede ser el escenario perfecto para su resurgir, y todo apunta a que está listo para convertir las dudas en ovaciones.
