El número 3 del mundo quiere reencontrarse con su mejor versión tras un inicio de año irregular
La temporada de tierra batida está a punto de arrancar, y Carlos Alcaraz tiene ante sí una oportunidad inmejorable para cambiar el rumbo de su 2025. El tenista murciano, actual número 3 del mundo, ha tenido un inicio de año marcado por la irregularidad y por una serie de actuaciones lejos del nivel que lo encumbró como una de las grandes promesas del tenis mundial. Sin embargo, el calendario le abre una ventana esperanzadora: la arcilla, su superficie predilecta.
Tras un paso sin brillo por Indian Wells y una dolorosa eliminación en su debut en Miami, Alcaraz aterriza en Montecarlo con la intención de despejar dudas. Su único título del año, en Rotterdam, no ha sido suficiente para calmar las expectativas que giran en torno a él, especialmente en una temporada donde la ausencia temporal de Jannik Sinner por sanción le deja el camino más abierto que nunca.
Ferrero no estará en Montecarlo: un contratiempo medido
A pesar del reto que implica este Masters 1000, Juan Carlos Ferrero no acompañará a Alcaraz en Montecarlo. El técnico valenciano se ausentará del torneo, algo que no es nuevo esta temporada. Ya lo hizo en Rotterdam, donde Samu López lideró con éxito el equipo técnico. Ahora será él quien vuelva a ocupar el banquillo con la esperanza de repetir aquel resultado.
Aunque su entrenador principal estará ausente, el equipo confía en que esta fórmula vuelva a funcionar. “Carlitos” ya se entrena para esta importante cita, que se disputará entre el 6 y el 14 de abril, y donde sabe que debe empezar a recuperar sensaciones.
Montecarlo, un escenario con cuentas pendientes
El Masters 1000 de Montecarlo no ha sido, hasta ahora, un torneo afortunado para Alcaraz. Su única participación, en 2022, terminó con una sorpresiva derrota en su primer partido. Ahora, con un cuadro probablemente más abierto, el español tiene el desafío de revertir su historia en la pista monegasca y recuperar la confianza perdida durante la gira americana.
Con Roland Garros en el horizonte, Montecarlo no es solo un torneo más: es el inicio de la fase decisiva del año. Y Alcaraz lo sabe. Es el momento de responder con victorias y dejar claro que sigue siendo uno de los referentes de la ATP.
