Un regreso esperado, una preparación poco convencional y un reto enorme en el Masters 1000
El Masters 1000 de Miami ya está en el horizonte y Paula Badosa ultima los detalles para su regreso a la competición tras semanas fuera de las pistas. La española, que tuvo que retirarse del Open de Mérida por problemas en la espalda y perdió la oportunidad de disputar Indian Wells, está lista para afrontar un torneo de altísima exigencia. Sin embargo, antes de volver al circuito, ha elegido un método de preparación poco habitual… ¡y en pareja!
Acompañada por Stefanos Tsitsipas, Badosa ha cambiado temporalmente la raqueta de tenis por una de pickleball, el deporte de moda en Estados Unidos. Un entrenamiento alternativo que ha despertado la curiosidad de sus seguidores y que demuestra que la pareja no solo comparte amor fuera de la pista, sino también dentro de ella.
Pickleball y química en la pista antes del gran reto
Aunque no pudieron jugar juntos en la Eisenhower Cup, exhibición previa a Indian Wells, han aprovechado su tiempo en Miami para probar nuevas formas de mantenerse activos. El pickleball, una mezcla de tenis, pádel y bádminton, les ha servido para seguir afinando reflejos y coordinación antes de enfrentarse a uno de los torneos más exigentes de la temporada.
Pero la preparación no se detiene aquí. Ambos han confirmado su participación como pareja en dobles mixtos del US Open, donde esperan dar el salto juntos a la competición oficial y mostrar que su conexión también puede traducirse en éxito dentro del circuito.

Un cuadro de pesadilla en Miami
La diversión quedará en segundo plano una vez que comience el torneo, donde Badosa tendrá un camino repleto de obstáculos. Si logra superar las primeras rondas, podría verse las caras con rivales de la talla de Clara Tauson, Madison Keys, Mirra Andreeva e incluso la número uno, Iga Swiatek. Su estado físico sigue siendo una incógnita, y su rendimiento dependerá de cómo responda su espalda a la intensidad del torneo.
Por su parte, Tsitsipas tampoco lo tendrá nada fácil. Su cuadro incluye posibles enfrentamientos ante Medvedev, Djokovic o Alcaraz, lo que convierte su camino en una auténtica prueba de fuego. Además, el griego llega tras una decepcionante derrota en Indian Wells, donde cayó ante Holger Rune en octavos de final.
Con un calendario desafiante y un regreso lleno de incógnitas, Badosa y Tsitsipas están listos para la batalla. Miami será un termómetro de su estado de forma y un test clave para sus aspiraciones en lo que resta de la temporada.