Max Verstappen vuelve a ganar, pero esta vez su mensaje va más allá de la pista. El neerlandés dominó el Gran Premio de Japón 2025 con la solvencia habitual, pero sus declaraciones posteriores han puesto patas arriba el paddock
Max Verstappen dominó de principio a fin en el Gran Premio de Japón 2025, pero su victoria fue solo la mitad de la historia. Mientras celebraba en lo más alto del podio de Suzuka, el piloto neerlandés soltó una declaración que dejó helado al paddock. “McLaren era más rápido”, una frase cargada de intención que, en pleno torbellino de rumores sobre su futuro, ha encendido todas las alarmas.
Aunque su rendimiento fue intachable, Verstappen cambió el foco con sus palabras tras bajarse del monoplaza. Dijo no haber esperado el triunfo y elogió el ritmo de McLaren, deslizando que en otro coche “no me habríais visto”. Una frase aparentemente inofensiva, pero que, en el contexto actual, suena a guiño directo a Woking, especialmente ahora que su continuidad en Red Bull comienza a tambalearse.
Tensiones internas que empiezan a aflorar
Pese a lo explosivo de sus declaraciones, el neerlandés quiso equilibrar la balanza con un mensaje más diplomático hacia su equipo. Agradeció el trabajo conjunto con su ingeniero de confianza, Gianpiero Lambiase, y destacó el reencuentro con Hugh Bird, con quien ya había trabajado en 2020. “Fue una buena conexión, como si no hubiera pasado el tiempo”, afirmó, intentando suavizar las tensiones que él mismo había provocado minutos antes.
Sin embargo, su análisis dejó entrever un desgaste emocional. Verstappen fue cauto al hablar del futuro, consciente de que el ambiente en Red Bull no es el de antaño. “No significa que vayamos a ganar todas las carreras”, reconoció, abriendo la puerta a un cambio de aires en 2026. Por ahora, todo apunta a que el neerlandés está jugando sus cartas con inteligencia, usando cada palabra como herramienta de presión.
Un mercado de fichajes que ya huele a revolución
El mensaje no fue casual. En plena ebullición del mercado, Verstappen sabe que sus palabras tienen peso. Y esta vez las ha usado para generar ruido. Con Aston Martin como posible destino y el nombre de McLaren ganando fuerza, su continuidad en Red Bull está más en duda que nunca.
Suzuka fue su territorio de nuevo, pero el foco no estuvo en la pista. Estuvo en sus frases, en sus silencios, en cómo eligió elogiar a sus rivales mientras ponía en entredicho el coche con el que ha logrado todo. El movimiento es sutil, pero claro. Verstappen no se conforma, y su salida del equipo energético ya no parece una locura.
