Fernando Alonso sigue persiguiendo la ansiada victoria número 33 en la Fórmula 1, y su confianza en Aston Martin se mantiene firme gracias a las mejoras introducidas en el AMR25
Fernando Alonso no deja que un tropiezo defina su temporada. Luego de un desafortunado abandono en el Gran Premio de Australia, el piloto español ya tiene la mente puesta en China, donde espera resarcirse y volver a pelear en la zona de puntos. La sexta posición conseguida por Lance Stroll en Melbourne ha fortalecido la confianza dentro de Aston Martin, que se siente preparado para un nuevo desafío en Shanghái.
Antes del accidente que lo dejó fuera de competencia, Alonso rodaba con un ritmo competitivo, superior al de Pierre Gasly. Sin embargo, en su intento de adelantar al francés, pisó una zona con grava dejada por la salida de Oscar Piastri, lo que provocó que su monoplaza perdiera estabilidad y terminara contra el muro. Un desenlace inesperado para una carrera en la que el bicampeón mundial había mostrado señales de progreso.
Confianza intacta: Alonso cree en el potencial del AMR25
A pesar del mal trago en Australia, el español ha destacado el rendimiento positivo del coche y su capacidad para competir en la zona media de la parrilla. En sus declaraciones, se mostró optimista de cara a la próxima cita en China. “El balance del coche fue bueno durante el fin de semana. Nos mantuvimos en la lucha y el ritmo fue competitivo, especialmente en ciertos tramos de la carrera. Adelantar era difícil con solo una línea seca en pista, pero la sensación general es positiva”, afirmó.
Alonso también subrayó que Aston Martin está en la pelea con el resto de equipos de mitad de tabla y que, con ajustes precisos, tienen opciones de conseguir buenos resultados. “Si hacemos un trabajo sólido desde la clasificación, podemos estar en la lucha. Hay puntos que debemos mejorar, pero también hemos mostrado aspectos positivos que nos pueden hacer fuertes”, añadió.
Un error inesperado y la oportunidad de redimirse
Sobre su incidente en Albert Park, el asturiano reconoció que la grava en la pista fue determinante en su pérdida de control y que necesita analizar con detalle lo sucedido. “Fue un momento difícil de entender. En una vuelta normal, decidí cambiar la trazada ligeramente y, de repente, había más grava de la esperada. Perdí el coche sin poder hacer nada para evitarlo”, explicó.
También hizo una observación sobre el circuito. “La curva 6 tiende a acumular grava, lo que puede generar situaciones complicadas. Es algo que afecta a todos, pero esta vez me ha costado la carrera. No hay tiempo para lamentarse, en Shanghái tenemos otra oportunidad”. El Gran Premio de China será una prueba decisivo para medir el verdadero rendimiento del AMR25. El trazado de Shanghái, con largas rectas y una combinación de curvas de distintas velocidades, pondrá a prueba la aerodinámica y el equilibrio del monoplaza británico.
