El debut de Santi Aldama en los playoffs NBA ha dejado más sombras que ilusiones. En un partido marcado por el dominio total de Oklahoma City Thunder, los Memphis Grizzlies firmaron una de las derrotas más duras de su historia
Santi Aldama vivió una de esas noches que ningún jugador desea recordar. Su primer encuentro en unos playoffs NBA se convirtió en una pesadilla colectiva para los Memphis Grizzlies, que fueron arrollados por un sólido Oklahoma City Thunder con un marcador demoledor, 131-80. Lejos de brillar en este momento decisivo de su carrera como agente libre restringido, el ala-pívot español apenas pudo dejar su huella ante un rival que dominó de principio a fin.
Aunque Shai Gilgeous-Alexander no tuvo un papel estelar, el conjunto local impuso su ritmo sin necesidad de apretar el acelerador. La derrota por 51 puntos no solo es dolorosa, sino también histórica, es la quinta más abultada en la historia de los playoffs NBA. La última vez que se vio algo similar fue en 2015, cuando los Chicago Bulls vencieron por 54 puntos a los Milwaukee Bucks.
Memphis toca fondo en el momento más delicado de la temporada
La superioridad de los Thunder fue tan evidente que el último cuarto lo jugaron con suplentes, tras alcanzar una ventaja máxima de 56 puntos. El técnico interino Tuomas Iisalo, quien reemplazó a Taylor Jenkins tras su despido a finales de marzo (tras otra derrota frente a Oklahoma), fue claro tras el encuentro. “Analizaremos lo que ha fallado, corregiremos y saldremos a competir mejor. No hay excusas”.
Ademàs, el rendimiento de Memphis Grizzlies preocupa tanto en lo táctico como en lo emocional. Sabían que medirse a un rival que firmó 68 victorias en la fase regular era un desafío mayúsculo, pero no esperaban una imagen tan pobre. Santi Aldama, con 5 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias, fue uno más en un equipo desdibujado. Su debut en la postemporada ha quedado eclipsado por una actuación grupal para el olvido
Morant y Bane piden unidad antes del segundo asalto en la serie
En medio del caos, la plantilla busca recomponerse. Desmond Bane, una de las voces líderes en el vestuario, mandó un mensaje sereno. “Esto cuenta como una derrota, da igual si es por uno o por cincuenta. Aún tenemos tiempo para revertirlo”. La lectura es clara, la serie apenas comienza, y el margen de reacción es mínimo.
A su lado, Ja Morant, quien se mantiene al margen por lesión pero ejerce como líder espiritual, fue tajante. “No volveremos a jugar tan mal”. Con el segundo duelo programado en las próximas horas, los Grizzlies están obligados a cambiar el chip y mostrar una cara competitiva si quieren evitar que esta eliminatoria se convierta en una anécdota más en los archivos de la liga.
