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Jaume Ponsarnau apela a la épica: Miribilla será una olla a presión

El Surne Bilbao Basket se juega el todo por el todo este miércoles en Miribilla, donde necesita una remontada épica para superar al JDA Bourgogne Dijon y meterse en la final de la Copa Europa FIBA

Tras un duro golpe en Francia, el Surne Bilbao Basket no se da por vencido. La derrota por 77-58 frente al JDA Bourgogne Dijon ha dejado a los hombres de Jaume Ponsarnau contra las cuerdas, pero lejos de hundirse, el técnico apela al carácter del equipo y al factor emocional de jugar en casa. “Nos han ganado por 19, pero nosotros también podemos hacerlo. Hay que creer y darlo todo”, señaló con determinación.

El recuerdo de la remontada contra el Legia Varsovia en la pasada edición de la Copa Europa FIBA alimenta el espíritu de resistencia en el vestuario. En esa ocasión, el Bilbao Basket también necesitaba una hazaña. Ahora, con el cruce semifinal en juego este miércoles en Miribilla (20.00 horas), el equipo vasco apuesta todo a la presión ambiental y al aliento de una afición que ha sido testigo de noches históricas.

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El Surne Bilbao Basket se juega el todo por el todo este miércoles en Miribilla

El tercer cuarto que cambió la historia y una lesión que duele más

El equipo vizcaíno arrancó bien en Dijon, con una primera mitad intensa y ordenada que le permitió irse al descanso por delante (34-38). Pero todo se torció tras la reanudación. Un parcial de 23-9 rompió el partido y entregó el control total al conjunto francés, que dominó con claridad liderado por Axel Julien, Gregor Hrovat y un rendimiento coral que desbordó a los bilbaínos en ambos lados de la pista.

A la desconexión colectiva se sumó un problema físico que complica aún más el panorama, la lesión de Tryggvi Hlinason, que abandonó la cancha cojeando, encendió las alarmas. Con Kristian Kullamae y Tomasz Gielo fuera por temas de cupo, Ponsarnau podría tener que recomponer el equipo para la vuelta. La mala noche dejó secuelas físicas y anímicas, pero la esperanza aún resiste en Bilbao.

Una misión casi imposible con sabor a noche mágica

Quedan cuarenta minutos y la diferencia es abultada, pero no definitiva. El Bilbao Basket ya ha vivido remontadas imposibles y sabe que, con su gente empujando, todo puede cambiar. La clave estará en mantener la intensidad los cuarenta minutos, evitar lagunas mentales y afinar la puntería. Si el equipo consigue eso, la final no es un sueño tan lejano.

En Miribilla no se rinden. Allí, cada rebote se celebra como un gol y cada punto cuenta como oxígeno. Será una batalla de nervios, corazón y carácter. Si hay un lugar donde la épica cobra vida, es en Bilbao. El miércoles no será un partido más, será una prueba de identidad. El Bilbao Basket deberá vaciarse desde el salto inicial, sabiendo que no hay margen de error.

Alocén Real Madrid