La batalla por el control del baloncesto europeo ha entrado en una nueva fase, con la NBA y la FIBA empujando un ambicioso proyecto que amenaza con romper el equilibrio actual de la Euroliga
La tensión se apodera del panorama continental tras la última reunión de la Euroliga en Barcelona, donde el baloncesto europeo volvió a plantar cara a las pretensiones de la NBA. Representantes de FIBA, como Andreas Zagklis y Jorge Garbajosa, se conectaron telemáticamente para explicar los detalles de un nuevo proyecto que busca fundar una competición europea al estilo americano, con el respaldo del comisionado Adam Silver. Pero la propuesta, con 16 equipos y plazas fijas para la mayoría, no ha logrado convencer a los principales accionistas.
Los clubes europeos, escépticos ante la falta de concreción del plan, se mantienen firmes. Aunque hay interés y respeto por la iniciativa, todavía no hay consenso. De hecho, según informa Eurohoops, la posición mayoritaria es de cautela. La Euroliga considera que aún no es momento de mover ficha y prefiere fortalecer su actual estructura, que incluso podría expandirse con nuevos mercados como el Próximo Oriente.

Madrid y Barça: protagonistas de una batalla más allá del parquet
En este juego de intereses, el Real Madrid y el Barcelona se han convertido en piezas clave. Ambos clubes aún no definen públicamente su futuro en la competición, pero su influencia es innegable. El club blanco tiene licencia hasta 2026, y su decisión marcará el camino para muchos. La NBA Europa los observa de cerca, considerando a los madridistas una prioridad para dar forma a su nuevo ecosistema.
El Barcelona, mientras tanto, no quiere precipitarse. Siguiendo su línea estratégica habitual, prefiere esperar la decisión del Madrid antes de tomar una postura definitiva. Según fuentes cercanas, en el entorno azulgrana reina la prudencia, pero también la ambición de estar bien posicionados en cualquier escenario que se configure. Esta rivalidad silenciosa no solo refleja diferencias deportivas, sino también visiones enfrentadas sobre el futuro del baloncesto en Europa.
Un tablero geopolítico con clubes tradicionales y nuevas promesas
Entidades como Fenerbahçe y Panathinaikos, que han reafirmado su compromiso con la Euroliga, también serán claves en la configuración del nuevo mapa. El respaldo de estos gigantes tradicionales es vital para mantener la estabilidad. No obstante, clubes como el Partizán, que dispone de una plaza condicionada, podrían aprovechar para escalar posiciones si la NBA apuesta por una liga híbrida con licencias trianuales.
La batalla apenas comienza, pero ya está claro que no se juega solo en la cancha. Es una guerra de poder, intereses comerciales y prestigio institucional. Y mientras el baloncesto europeo se prepara para una posible metamorfosis, Madrid, Barça y el resto de protagonistas se posicionan en un tablero que promete redefinirlo todo.