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2 insurrecciones en el Bilbao Basket amarran la permanencia en la Liga Endesa

El Surne Bilbao Basket atraviesa uno de sus momentos más sólidos de la temporada, impulsado por el crecimiento explosivo de dos jóvenes que han tomado las riendas sin titubear: Melwin Pantzar y Thijs De Ridder

Cuando muchos dudaban, Melwin Pantzar y Thijs De Ridder dieron un paso al frente. Lejos de los focos mediáticos y sin hacer ruido, ambos jugadores se han convertido en el motor silencioso del Surne Bilbao Basket en uno de los tramos más determinantes de la temporada. Con carácter, decisión y regularidad, han guiado al equipo hacia una posición segura en la Liga Endesa, con tres victorias de colchón y el average en el bolsillo frente al descenso.

Este salto cualitativo llega justo cuando más lo necesitaba la plantilla de Ponsarnau, que ahora también pone su mirada en las semifinales de la FIBA Europe Cup, con el primer duelo en Dijon a la vuelta de la esquina. Lejos de vivir con ansiedad la recta final, el conjunto vizcaíno respira con confianza, impulsado por un proyecto que, sin grandes nombres, ha sabido construir un equipo con alma.

Bilbao Basket
Pantzar y De Ridder transforman al Bilbao Basket en un equipo competitivo rumbo a Europa.

Miribilla se convierte en el epicentro de la resistencia vasca

Las victorias no han caído del cielo. El Bilbao Basket ha sabido convertir su cancha en una fortaleza psicológica para sus rivales directos. En Miribilla se han quedado puntos clave ante Andorra, Girona, Lleida y Granada, partidos donde Pantzar ha explotado como director de juego con números de estrella. 15,5 puntos, 5,2 asistencias y un pico de 33 de valoración. Su regularidad ha sido una constante en un entorno de máxima presión.

A su lado, De Ridder ha demostrado que no se necesita experiencia para ser decisivo. Con apenas 22 años, el ala-pívot belga ha marcado la diferencia en ambos lados de la cancha, destacando con 12,7 puntos por partido, un 61,9 % en tiros de dos y 6,2 rebotes de media. Un rendimiento de veterano en cuerpo joven que ha dejado huella en cada uno de los partidos claves.

Dragic: el eslabón de experiencia que completa el engranaje

Mientras los jóvenes brillaban, Zoran Dragic asumía su rol de equilibrio. Con oficio y conocimiento, el esloveno se convirtió en el tercer anotador del equipo durante esta fase, elevando su promedio a 11,2 puntos. Su efectividad ha sido vital en partidos cerrados, especialmente ante Girona y Granada, donde firmó un brillante 10 de 12 en tiros de dos.

Además, nombres como Hlinason, Domínguez y Jones han añadido fuerza en momentos puntuales, completando un bloque sólido que ahora mira más allá de la permanencia. El Bilbao Basket ha encontrado una identidad competitiva y equilibrada que le permite mirar a Europa con ilusión y sin complejos.

Pablo Laso