Un impacto que trasciende las estadísticas
En una NBA donde cada detalle cuenta en playoffs, Ivica Zubac se ha convertido en uno de los factores más infravalorados pero cruciales de la postemporada. Su actuación en los Clippers, que terminaron como la tercera mejor defensa de toda la liga, no es producto del azar. Su ancla en la pintura ha sido vital para frenar a rivales de élite, y su presencia defensiva ha elevado el techo competitivo de su equipo.
Cuando Zubac está en pista, los Clippers reciben solo 108,4 puntos por cada 100 posesiones, ubicándose en el percentil 92. Sin él, esa cifra se dispara hasta los 115,3, apenas en el percentil 48. Su impacto es tangible en cada acción, aunque pase inadvertido para los votantes de premios individuales.
Ninguneado en el DPOY, dominante en la pista
Resulta incomprensible que Zubac no haya sido finalista al premio de Defensor del Año (DPOY), quedando detrás de nombres como Dyson Daniels o Draymond Green. Si bien fue considerado para el Jugador Más Mejorado (MIP), su aportación defensiva, especialmente en esta serie ante Denver Nuggets, está siendo de un calibre altísimo.
Su duelo contra Nikola Jokic es la prueba más visible: los Clippers apenas necesitan enviar ayudas defensivas cuando Zubac marca al serbio. Al aislar a Jokic y obligarlo a resolver por sí mismo, Zubac frena una de las principales armas de Denver: el pase y la generación secundaria.
Producción ofensiva al nivel de las estrellas
Zubac no solo destaca atrás. En el apartado ofensivo, su trabajo al poste está siendo de los más eficientes de estos playoffs. Solo Jokic le supera en volumen de posesiones al poste, y solo Porzingis lo mejora en puntos por posesión. Con mejores números que estrellas como Giannis Antetokounmpo, LeBron James o Pascal Siakam, Zubac demuestra ser mucho más que un pívot de vieja escuela.
Su lectura del juego en acciones como el “bloqueo fantasma” para liberar a tiradores como Norman Powell también refleja su evolución como pieza táctica moderna.
La herencia de un traspaso inolvidable
Para los aficionados de los Lakers, el ascenso de Zubac tiene un matiz agridulce. Fue traspasado en 2019 a los Clippers a cambio de 17 partidos de Mike Muscala, uno de los movimientos más cuestionados de la década. Hoy, convertido en un pilar en ambos lados de la pista, Zubac confirma que la paciencia y la adaptación aún tienen su recompensa en la NBA actual.
El Game 3 colosal que firmó para darle ventaja a los Clippers en la serie no es una casualidad. Es la consolidación de un jugador que ha sabido reinventarse, pelear cada rebote y dejar su huella en los playoffs.
