Los Houston Rockets dieron un golpe de autoridad en el segundo partido de la serie al vencer con claridad a unos Golden State Warriors debilitados por la inesperada lesión de Jimmy Butler
La serie se ha encendido en el Oeste. Los Houston Rockets aprovecharon un momento crítico para igualar la eliminatoria ante unos Golden State Warriors que perdieron mucho más que un partido. La lesión de Jimmy Butler, quien abandonó la cancha tras un choque con Amen Thompson, podría cambiar por completo el curso de los playoffs NBA 2025. El golpe en la pelvis dejó al escolta fuera del juego en el primer cuarto, y su estado médico será evaluado hoy con especial atención en la zona lumbar.
Sin Butler, el castillo se vino abajo. El equipo de Steve Kerr perdió equilibrio, ideas y sobre todo, amenaza ofensiva. Aunque Stephen Curry intentó resistir con su habitual liderazgo, se quedó demasiado solo en tramos clave. Pat Spencer, con 9 puntos, y el joven Jonathan Kuminga aportaron chispa, pero no fue suficiente para frenar la ola texana. Las ausencias, sumadas al bajo rendimiento físico de Brandin Podziemsky, inclinaron la balanza.

Jalen Green resurge y convierte su noche en una pesadilla para Golden State
El protagonista absoluto fue Jalen Green, que firmó una de las mejores actuaciones individuales en lo que va de la serie, 38 puntos, 8 triples, 6 asistencias y 3 robos. Su versión fue demoledora, sobre todo desde el perímetro, donde castigó cada intento de remontada de los Warriors. Tras un debut flojo en la postemporada, el escolta respondió con una exhibición que inyecta energía al vestuario de Houston.
El dominio de los Rockets fue también colectivo. El pívot Alperen Sengun impuso su ley con 17 puntos, 16 rebotes y 7 asistencias, mientras que Dillon Brooks (16) y Tari Eason (14+6) mantuvieron la intensidad. La ventaja en el rebote (47-33) refleja la superioridad física del conjunto local, que además mostró carácter para cerrar el encuentro en los momentos calientes.
San Francisco espera con dudas y presión para los de la Bahía
Aunque los Warriors conservan el factor cancha, las alarmas están encendidas. Sin noticias claras sobre el estado de Jimmy Butler, el cuerpo técnico teme una baja prolongada que complique sus opciones de clasificación. Stephen Curry asumirá más protagonismo, pero el margen de error es mínimo y la profundidad de banquillo está al límite.
Los próximos dos partidos en San Francisco se antojan decisivos. Si los texanos mantienen el nivel físico y Jalen Green sigue en modo estrella, la serie podría dar un giro inesperado. Para los de la Bahía, el panorama es sombrío: su destino podría depender, una vez más, de un solo hombre contra el mundo.