Bilbao Basket volvió a rozar la épica en una noche cargada de emociones. Pese al desgaste tras su histórica conquista de la FIBA Europe Cup, el conjunto vizcaíno demostró su orgullo ante un UCAM Murcia que supo resistir los golpes finales
La gesta del Surne Bilbao Basket en la FIBA Europe Cup seguía latiendo en los corazones de Miribilla. Sin embargo, el cansancio de una semana histórica terminó pasando factura ante un UCAM Murcia que planteó un duelo de alta exigencia. Desde el primer cuarto, el entramado defensivo murciano anuló los intentos bilbaínos de encontrar fluidez en ataque, frenando su efectividad desde el perímetro y dominando el rebote defensivo.
El primer tiempo terminó con ventaja visitante (32-37), reflejo de un problema evidente, el bajo acierto en triples de los hombres de negro frente a la contundencia de los murcianos. Pese a la desventaja, la fe de la plantilla de Jaume Ponsarnau mantenía viva la ilusión, consciente de que la Liga Endesa premia a los que nunca dejan de creer.

Bilbao Basket saca orgullo de la adversidad
Con el 42-60 en contra tras el tercer cuarto, todo parecía sentenciado. El Surne Bilbao Basket acumulaba errores en el tiro exterior y pérdidas que castigaban su intento de reacción. Pero la historia estaba lejos de terminar. La entrada en escena de Muhammad-Ali Abdur-Rahkman reactivó el ataque local, mientras Harald Frey asumía la responsabilidad de liderar una remontada que parecía imposible.
En cuestión de minutos, la dinámica cambió radicalmente. El acierto en triples y la intensidad defensiva alimentaron una remontada épica, recortando distancias hasta el 65-70 a falta de dos minutos. Ennis y Antetokounmpo amenazaban con cerrar el partido, pero el Bilbao Basket, apoyado en su mística de resistencia, forzó una prórroga que desató la locura en su afición.
La prórroga como escenario del casi milagro
Ya en el tiempo extra, el Surne Bilbao Basket acarició la gesta. Pantzar puso a los suyos por delante con un tiro libre (79-78), desatando la euforia en las gradas. Sin embargo, los pequeños detalles decidieron el desenlace, errores en lanzamientos liberados de Marvin Jones y Thijs De Ridder, y un Howard Sant-Roos implacable desde la línea, dieron el triunfo final al UCAM Murcia (80-83).
En el último ataque, Harald Frey tuvo dos triples para prolongar el sueño, pero el balón no encontró red. Pese a la derrota, el carácter mostrado por el Bilbao Basket reafirma su espíritu competitivo, dejando claro que en Miribilla, en cada partido de la Liga Endesa, los milagros siguen latiendo muy cerca.