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Fiesta del Bilbao Basket rumbo al Botxo

El regreso del Bilbao Basket a Euskadi tras conquistar la FIBA Europe Cup se transformó en una celebración inolvidable a bordo del avión

Ni los más optimistas habrían imaginado un regreso tan vibrante. El Bilbao Basket, tras conquistar la FIBA Europe Cup, regresó a Euskadi a bordo de un vuelo que fue más celebración que traslado. La copa, ya instalada como pasajera de honor, fue levantada por Xavi Rabaseda nada más entrar en la cabina. La tripulación, entregada al ambiente, no dudó en sumarse al festejo desde el altavoz del avión, mientras los “hombres de negro” convertían el pasillo en pasarela de júbilo.

Desde el primer despegue emocional en el aeropuerto de Salónica, Marvin Jones ya ejercía de maestro de ceremonias, botellas de champán en mano y su clásica frase “What’s up, champ?” como saludo de guerra. A su lado, Jon Novo, miembro esencial del cuerpo técnico, no tardó en marcar ritmo con bailes desatados y carcajadas contagiosas. Sin duda, ambos se ganaron el apodo de MVPs del vuelo, no por sus números, sino por su espíritu.

Bilbao Basket
Una travesía triunfal con sabor a gloria europea

Cánticos a 10.000 metros y un megáfono que no calló

El clima festivo se desató desde la parte trasera del avión. “¡No vais a dormir!” fue el grito de guerra con el que los aficionados iniciaron una coreografía sonora. El jefe de prensa, Alberto Álvarez, no paraba de capturar momentos con la copa, que pasaba de mano en mano como símbolo del esfuerzo colectivo. Mientras tanto, Tomasz Gielo, con su inseparable megáfono, se erigía como director de orquesta, lanzando cánticos que eran secundados por todo el pasaje.

Entre tanta euforia, Melwin Pantzar se llevó las ovaciones con su propio coro de “MVP, MVP”. Más discretos, Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y Malcolm Cazalon optaron por mantenerse al margen, refugiados en sus auriculares. Pero ni siquiera las turbulencias frenaron la alegría. Bassala Bagayoko bromeaba con que el avión acelerara y Harald Frey se sumaba poco a poco a la celebración. El epicentro se movió entonces hacia la parte delantera, donde el equipo técnico terminó por tomar el control del espectáculo.

ADN Bilbao Basket: pasión que va más allá del parquet

En la zona noble del avión, la fiesta encontró su segunda vida. El altavoz pasó a la cabeza de Ibon López de Letona, que no perdió el equilibrio ni con las sacudidas del vuelo. A su lado, Erik Badiola y el incansable Javi Salgado completaban una escena que resumía lo que representa este club, un proyecto donde todos reman, todos celebran y todos sienten. No solo ganan títulos; los viven.

Este título de la FIBA Europe Cup 2024 llega como un premio a la entrega diaria de un grupo humano que ha sabido unir talento, compromiso y emoción. De Salónica a Bilbao, el mensaje fue claro, esta copa no es solo un trofeo, es un símbolo de comunidad. Porque el Bilbao Basket no viaja solo, lo hace con una ciudad entera detrás, con una afición que canta en cada paso y con un equipo que hace de cada victoria una fiesta inolvidable.

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