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La princesa Leonor no pasa la EVAU

La decisión de Leonor de Borbón de acceder a la universidad sin pasar por la EVAU ha reavivado el debate sobre los privilegios de la monarquía española

Leonor de Borbón se ha convertido nuevamente en protagonista, pero no por sus actos institucionales, sino por lo que no hará, no se presentará a la EVAU, la prueba de acceso a la universidad que afrontan miles de estudiantes en España. La decisión, amparada por haber cursado el Bachillerato Internacional en el exclusivo UWC Atlantic College de Gales, ha reactivado un debate incómodo, el de los privilegios silenciosos que rodean a la monarquía española.

Aunque este acceso alternativo esté legalmente contemplado, el fondo del asunto va más allá del marco legal. La pregunta es otra. ¿Puede una futura jefa del Estado evitar una prueba que el resto de ciudadanos debe superar sin generar desafección institucional?

Leonor de Borbón
El privilegio académico de la princesa reabre el debate sobre la igualdad

La monarquía: atrapada entre el símbolo y el ejemplo

Los defensores del modelo académico que ha seguido la princesa Leonor insisten en la validez del programa internacional y su reconocimiento en el espacio europeo. Pero el debate no es educativo, sino ético. Lo que molesta no es que pueda hacerlo, sino que lo haga. Porque cuando un miembro de la realeza se salta una norma que sí se exige al pueblo, la desconexión entre institución y ciudadanía se profundiza.

En un momento donde la Casa Real busca renovarse y conectar con las nuevas generaciones, este tipo de gestos se perciben como señales de una monarquía anclada en el pasado. Y más cuando la hermana de Leonor, la infanta Sofía, seguirá exactamente el mismo camino. El mensaje es claro, el mérito no es el camino, la sangre sí.

Una monarquía sin examen: pero bajo juicio público

El caso Leonor no solo ha traspasado fronteras siendo citado incluso en medios internacionales como The Guardian, sino que también ha servido como espejo de las tensiones sociales actuales. ¿Qué significa el esfuerzo en un país que premia el apellido por encima del mérito?

En plena era del esfuerzo académico, donde los estudiantes sacrifican salud mental y veranos enteros por una plaza universitaria, la imagen de una heredera que se ahorra ese sufrimiento provoca rechazo. Porque si la jefatura del Estado aspira a ser símbolo de unidad, debería comenzar por ser ejemplo de igualdad.

Antonio Cañizares